En exclusiva, Soraya Jiménez Habla para los Regios

 

        Hola, qué tal... antes que nada déjenme hacer una presentación muy breve, aunque creo que ya me conocen. Mi nombre completo es Soraya Jiménez Mendivil, nací en el estado de México el 5 de agosto de 1977 y tengo dos hermanos: uno mayor de nombre José Luis y mi hermana gemela Magalli; mis padres son José Luis Jiménez Azuara y Maria Dolores Mendivil de Jiménez. Fuera de los entrenamientos y competencias, me considero una joven de 22 años de edad con muy poco tiempo libre, pero que sin embargo disfruta de cada momento... de compartir esos espacios muy personales con mis amigos, de salir al cine, ir a tomar una buena taza de café y platicar por largas horas, escuchar buena música, y sobretodo, compartir el mayor tiempo posible con mi familia, quien ha sido un respaldo muy importante dentro de mi carrera.

       En el gimnasio, trato de disfrutar cada uno de mis días, como si fuera el último antes de ese gran día en el que espero poderme exigir y lograr mis metas.

       Mi sueño como pesista inició en el año de 1993 con mi primer campeonato nacional de primera fuerza en Colima, un evento que se marca como el primer paso en mi carrera deportiva que me permitió en  1994 saborear la satisfacción de salir al extranjero y competir por mi país... es así como recuerdo mi primera competencia en el extranjero, en la ciudad de Colorado Springs en donde obtuve muy buenos resultados para iniciar mi trayectoria a nivel internacional, una faceta que me ha permitido conocer diversos lugares del mundo y la satisfacción de sembrar amistades y conocer gente de otras naciones.

       Ejemplo de ello, fue el primer campeonato mundial en el que me la juegue poniendo en riesgo el apoyo de las mujeres en México, ya que debemos recordar que en aquella época, este deporte era aún considerado solo para hombres. Ahí fue cuando me comprometí a quedar dentro de las 10 primeras del mundo, en donde mi camino se dividía en dos senderos, el primero de ellos consistía en abrir la puerta para la participación de la mujer de mi país en levantamiento de pesas, y el segundo, en cerrar esa posibilidad y salirme del camino. Sin embargo, el destino permitió que pudiéramos abrir el cerrojo de esa puerta y que en el año de 1996 empezáramos a viajar más mujeres.

       He conocido varios países de Centroamérica y una de las naciones que en un principio significaba uno de los rivales deportivos a vencer fue Venezuela, ya que en ese tiempo contaba con un equipo de mujeres cuyo nivel competitivo las colocaba como uno de los mejores conjuntos  no solamente a nivel de continente, sino también mundial. Sin embargo, una de las satisfacciones que guardo con mayor orgullo es que cuando México comenzó a brillar en territorio internacional, se enfrentó  a este y otros equipos del mundo con muy buenos resultados, que nos permitieron entrar por la puerta grande y escribir los capítulos previos para que se conozca hoy en día a México como una de las potencias en levantamiento de pesas femenil.

       Uno de los países que guardo en mi memoria con muy gratos recuerdos es Guatemala, el cual a pesar de que su nivel competitivo no es muy alto, sí ha logrado hacer de sus justas una fiesta de hermandad entre un gran número de naciones de Centroamérica, además de ser una de las tierras más ricas si hablamos de su gente y su cultura, en donde hemos podido establecer lazos de fraternidad con gente de varias naciones, ya que es el único país en el que llegamos a hospedarnos en albergues, lo cual permite una mayor convivencia y relación entre la familia de las pesas de América, sin olvidar los festejos de las clausuras, en donde siempre existe el toque de los latinos.

       También quiero compartir con ustedes otro de los viajes que ha dejado huella en mi memoria, mi visita en 1997 a Sudáfrica, uno de los países que más me ha gustado, a pesar de mostrarme con dolor el racismo que persiste aún en nuestros días. Sin embargo, les puedo decir que es un país muy bonito, una de las mayores experiencias que me ha tocado vivir después de pisar un lugar que se encuentra en medio de los dos océanos, en el que después de subir varios metros por teleférico y llegar a un faro, se puede observar un paisaje impresionante que te muestra del lado derecho al océano pacifico y del lado izquierdo al océano atlántico, sin olvidar la visita que realizamos a uno de los zoológicos mas grandes del mundo en el que se pueden apreciar un sin número de animales de diferentes especies y tipos.

       También Tailandia es un país muy bonito con su cultura y su religión muy fuerte pero bonita y los eventos deportivos que ellos realizan tratan que su cultura sobresalga ante todo, ahí pude conocer el diamante más grande del mundo que se encuentra custodiado por un  Buda de 22m de altura. El diamante esta mas o menos y a unos 10km de profundidad y la gente acude a pedir por sus familiares o por ellos mismos, lo mejor del caso es que el diamante no esta protegido con nada, solo con su guardia: el Buda, de tal manera que nadie se ha atrevido a robar ni un pedazo, ya que le puede caer la maldición del Buda, como ven su creencia y su respeto es muy grande.

       Actualmente, después de lograr un lugar en la selección nacional que participará en los próximos Juegos Olímpicos de Sydney 2000, me estoy preparando los últimos meses en Sofía, Bulgaria, ya que como todos sabemos, en este país europeo se encuentran los mejores levantadores de pesas de muchos años, por eso trato de aprender de su cultura, de su disciplina y mentalidad.

        Sofía es una ciudad tranquila, aunque todavía sufre los estragos del comunismo ya que la gente mayor todavía se les puede ver un rostro con cierta tristeza y añoranza, en las zonas deportivas en las que antes eran las mejores han sido descuidadas después de la caída del comunismo ya que como todos saben esas instalaciones las mantenía el gobierno y ahora pues simplemente han pasado a un termino muy lejano para el gobierno y aun así siguen habiendo deportista de elite.

       Sobre mi visita a la ciudad olímpica Sydney, puedo decirles que un lugar precioso, de primer mundo, en el que cada todo esta tan bien diseñado que te permite sentir como si estuvieras en una ciudad de ensueño. Por ejemplo, en la zona de la competencia hay un malecón en el que por las noches hay un show de luces a traves de rayos láser, en donde se escenifican operas, además de existir pequeños cruceros por la isla de noche. El lugar de competencia esta de primera, es un auditorio enorme con capacidad para unas 2000 personas, así es que ya se imaginaran como se ha de ver eso lleno.

       Es por eso, que solamente le pido al Señor que me permita estar el próximo mes de septiembre en ese mismo escenario, en cuya tarima daré mi máximo esfuerzo para pisar el podio en nombre de mi país que es México.

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